Álvaro Menén Desleal: «Una carta de familia» (cuento)

Breve y poderoso cuento de denuncia, escrito contra la censura y la represión en la década de 1960.

Álvaro Menén Desleal
La Zebra | #109 | Septiembre 20, 2025

«Querido Víctor:»

La mujer esperó. Las dos palabras se le hicieron piedra en la garganta. Una sola piedra.

«Te escribo otra vez para suplicarte que vuelvas al país. La situación es normal, todo el mundo está tranquilo en su trabajo, y el gobierno tiene el apoyo del pueblo».

Esperó. Volvió a escribir.

«Ya no hay huelgas, ni guerrilla. A propósito, se ha sabido que no es cierto que la policía hubiera matado a Raúl y a los otros de tu célula. Parece que Raúl, borracho, los ametralló y luego se suicidó. Tenía problemas con su mujer, vos sabés. Todo esto se supo en el juzgado».

Esperó. Volvió a escribir.

«El coronel sigue de director en la policía. Hace poco lo vi y fue muy atento conmigo. Me dijo que cuando yo quisiera él iba a hablar con el dueño del taller para que te den otra vez el trabajo. Y que me iba a conseguir un apartamiento en los multifamiliares de Candelaria. Le conté a los niños y están felices. Imagínate. Allí tienen una escuela y un parque, y hasta un televisor en el parque.»

Esperó. Volvió a escribir.

«El coronel dice que vos sabés que él es buena gente. Que ya no hay nada contra vos y que cuando te capturó la última vez te trató bien, y que la otra vez los agentes te hicieron lo que te hicieron sin que él xxxxx perdoná el borrón, supiera nada, pero que arrestó a los agentes al saberlo. Dice que esas cosas no pasan en una democracia. Yo creo que es cierto, y por eso no está bien lo que declaraste en los periódicos de allí».

Esperó. Volvió a escribir.

«Matildita lleva el segundo lugar en la escuela. Pero tengo problemas con Arturo, que dice que quiere entrar de aprendiz y no terminar la escuela. Yo no quiero porque está muy pequeño, y además el doctor dice que lo del pulmón necesita reposo. Por eso es necesario que volvás pronto. Ya casi no echa sangre, sólo cuando tose fuerte».

Esperó. Volvió a escribir.

«A mi papá le quitaron el trabajo en la sastrería. Sigue peor de la vista. Yo creo que ya no me va a poder seguir ayudando, ya no está muy viejito. Por eso mejor te vienes, pues yo sola no puedo ganar lo suficiente. Además, yo no creo que te pase nada, el gobierno da garantías. Fijate que ya ni censura hay, por eso te escribo todo esto, así que vos podés contestarme tranquilo, ya ni cartas me escribís».

Esperó. Volvió a escribir.

«Cuidate mucho, y que vengás pronto es el deseo de tus hijos y de tu

Carlota».

Le quitaron la hoja de papel.


ÁLVARO MENÉN DESLEAL (1931-2000). Cuentista y dramaturgo salvadoreño, cuyo apellido real es Menéndez Leal. Militar y boxeador profesional en su juventud, fundó la primera empresa comercial de producción de noticias en El Salvador, con programación para televisión, radio y prensa. Su obra más célebre es una pieza de teatro del absurdo: Luz negra (1965), que representa la culminación de su búsqueda, inspirada en el teatro de Samuel Beckett, por crear un teatro abstracto y objetivamente irrepresentable, cuyas muestras publicó por primera vez en la colección Teatro inútil (Cultura Nº 32, San Salvador, abril-junio, 1964). Aun así, Luz negra ha sido puesta en escena incontables veces y con mucho éxito. De su producción narrativa destacan sus cuentos fantásticos, Cuentos breves y maravillosos (1963), y sus relatos de ciencia ficción, como el clásico “Una cuerda de nylon y oro”, incluido en la colección La ilustre familia androide (1972).  Introdujo la poesía concreta y realizó numerosos experimentos con elementos tipográficos en sus haikus y en cuentos como “Fire and Ice”, que utiliza los signos ortográficos para crear efectos de ritmo, tiempo y sonido en la descripción alucinante de un accidente aéreo. [Nota de Jorge Ávalos]

Arte: “Autorretrato” por Käthe Kollwitz.