¿Hemos abandonado el propósito original de la ética?

Roberto Carlos Pérez
La Zebra | #112 | Diciembre 22, 2025

Hasta hace poco la ética fue parte del pensamiento político. Al menos eso creíamos. El propósito de la política es velar por la justicia.

Remontémonos más dos milenios atrás a la Grecia clásica, al siglo IV a. C., cuando la democracia ateniense comenzó a hacer aguas. Todo esto sucedió mientras las ciudades-Estados se expandían debido a las nuevas formas de comercio que empezaban a desligarse de la tierra. También al creciente número de habitantes y al ascenso de tiranos que poco o nada habían aprendido de los filósofos. Menester es que todo sistema político sea vigilado por la ética.

La ética ha mantenido la premisa de Aristóteles (384 a. C.-322 a. C.) propuesta en la Ética a Nicómaco: no cometer injusticias y, mucho menos, tolerarlas. Aristóteles se refería al actuar de los políticos.

En el Renacimiento los tratados de Sócrates (470 a. C.-399 a. C.), Platón (c. 427 a. C.-347 a. C.) y Aristóteles sobre la ética pasaron a los géneros literarios producidos por los humanistas: a la poesía, la novela, el ensayo, la música. La ética es un hábito, un modo de asegurar la prolongación de la especie humana.

Dijo Francesco Petrarca (1304-1374): «Cinco grandes enemigos de la humanidad están dentro de nosotros mismos: la avaricia, la ambición, la envidia, la ira y el orgullo. Si nos despojamos de ellos, gozaremos de la más completa paz».

Si incorporamos a la ética el componente cristiano, asentado pilar de Occidente, podemos decir que la paz es amor y la ausencia de amor, la guerra. He ahí el dilema ético. Pesado yugo y difícil decisión en la era del misil hipersónico: ¿guerra o paz? Aún más importante: ¿odio o amor?

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ROBERTO CARLOS PÉREZ (Granada, Nicaragua, 1976). Músico, narrador y ensayista. Estudió Música en Duke Ellington School of the Arts y se licenció en Música Clásica por Howard University, en Washington D.C. En la Universidad de Maryland estudió una maestría en Literatura Medieval y en los Siglos de Oro. Es autor del libro de cuentos Alrededor de la medianoche y otros relatos de vértigo en la historia (2012, tres ediciones), de las novelas cortas Un mundo maravilloso (2017, dos ediciones) y Rodrigo: un relato sobre el Cid (2020), y de los libros de ensayos Rubén Darío: una modernidad confrontada (2018, segunda edición 2021), Temas españoles: del siglo XII al XVII (2022) y El mundo que veo: notas sobre la posmodernidad en el siglo XXI (2025). También es editor del libro en homenaje al poeta mexicano José Emilio Pacheco, ganador del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2009) y del Premio Cervantes (2009): José Emilio Pacheco en Maryland (1985-2007); de la edición crítica de la novela El vampiro (1910); del modernista hondureño Froylán Turcios, de la novela Trópico (1971); del hondureño Marcos Carías Reyes, perteneciente a la Generación de la Dictadura; del poemario Breve suma (1947), del vanguardista nicaragüense Joaquín Pasos; y de Después que muera, edición crítica de la obra del modernista hondureño Juan Ramón Molina.