Inspirado por la poesía japonesa, en la década de 1930 surge esta forma donde cada imagen es un poema y el conjunto forma un vasto paisaje natural y humano.
Gilberto González y Contreras
La Zebra | #14 | Marzo 1, 2017
Atarraya
El pescador violento
ha roto contra el faro
la atarraya del viento.
Sapos
Impresores los sapos
editan en la noche
la afonía de un piano.
Nido
Para que el sol haga nido
la tarde —muy atareada—
lleva nubes en el pico.
Mangos
El trópico en sazón
en los mangos ofrece
desnudo el corazón.
Interrogación
El campo es oro viejo,
la milpa una esperanza,
el indio un gran silencio.
Cuscatlán
Volcanes que interpretan
la fiebre de la costa
en pulso de tristeza.
Justicia
Arde el campo. Quema el sol.
Para el amo, la tierra,
para el indio, el dolor.
Vida
Vida sin importancia:
un potro, una canción,
y el vaivén de una hamaca.
Pueblecito
Las casas junto al cerro
—ubre de la montaña—
se embriagan de silencio.
Café
Golpea el verde lustroso
el café que se desangra
rehabilitando el rojo.
Loros
En relámpago alegre
cortan el medio día
con su música verde.
Gavilán
Ha salido de caza
el gavilán que lleva el día
colgado de las garras.
Golondrinas
Vuelos de golondrinas
el arrugado pliego de la tarde
salpicaron de tinta.
Mayo
Mayo en rosas revienta
succionando en el bochorno
las mamas a la pereza.
Niebla
La brocha de la niebla
—para que el sol la afeite—
enjabona a la aldea.
Cañaverales
Trompas de órgano estilizadas,
resuenan los cañaverales
con una música de dagas.
Amate
Esqueleto de templo abandonado
junto al abrevadero, como abrigo
a la fatiga del rebaño.
Oropéndola
Para que el aire cante,
la tierra transforma en alas
el oro sobre la tarde.
Indio
Tristeza. Mugre. Machete.
En la tarde cruzada de silencio
el peón cristaliza en una F.
Calor
Como hace tanto calor
el mar este mediodía
tiene afónica la voz.
Cordillera
Se curva la cordillera
—sobre el mar y contra el cielo—
como el asa de la tierra.
Aguacero
Con júbilo repica
enjuagando el potrero
la rápida llovizna.
India
India: pedazo de bronce,
carne de tamarindo,
en tus muslos comienza la noche.
Amor
Te amo. Te amo.
Y madura la frase
como fruta en tu mano.
Naufragio
Naufragaron mis deseos
en el mar de tu sonrisa
para encallar en tus senos.
Piedra India, La Habana, 1938.
GILBERTO GONZÁLEZ Y CONTRERAS (El Salvador, 1904-La Habana, 1954). Escritor precoz y prolífico, fue perseguido y se exilió de El Salvador a finales de la década de 1920. Poeta muy ligado a las corrientes de la poesía caribeña, fue también un magnífico ensayista. Poesía: El pescador de estrellas (1927); Fuerza (poemas en prosa, 1934); Muerte gozosa (1934); Permanencia en la pasión (1934); Rojo en azul (1934); Música de colores (1934); Piedra india (1938); Trinchera (1940); Ausencia pura (1946); Canciones (1946). Ensayo: Americanismo esencial (1934); Cuba en el espectroscopio (1934); En los puestos constructivos de la revolución (1934); El siervo herido (1934); Filo e imagen (1934); Cárdenas (1934); Don Gerardo (1935); El sexo en la poesía femenina (1936); La juventud entusiasta de Martí (1937); Música y poesía (1937); Figuras volcadas (1939); El hombre que supo ver (1940); La novelística de Juan Marín (1941); Historia de una persecución (1941); Amantes trágicos de la historia (1944); Radiografía y disección de Rufino Blanco Fombona (1944); Natalicio González, descubridor del Paraguay (1946); La novela social americana (1941 y 1943); Variaciones sobre Romain Roland (1945); Hombres entre lavas y espinos (1946); El último caudillo (1951); Las letras mexicanas (1947-1952).
