Román Güemes Jiménez y otros: «La obra de Carlo Antonio Castro» (ensayo / bibliografía)

Un primer acercamiento a la diversidad de la obra publicada por el poeta, narrador y antropólogo salvadoreño Carlo Antonio Castro. Una bibliografía completa de sus publicaciones en libro, con apuntes introductorios sobre su obra antropológica y lingüística, su poesía, su novela, y su labor de difusión editorial.

Román Güemes Jiménez, y otros
La Zebra | #4 | Abril 1, 2016

I. Apuntes bibliográficos

1. Obra antropológica y lingüística

Román Güemes Jiménez

En la obra del maestro Carlo Antonio Castro reconocemos, en un primer momento, que la búsqueda y el trasteo han sido permanentes y minuciosos. En la búsqueda se vislumbra al hombre que requiere reconocerse a sí mismo bajo la constante del trabajo y la dedicación. La búsqueda y el encuentro se desarrollan como dos actos que vinculan el arduo trabajo creativo y el hallazgo azaroso.

En la obra del maestro Castro la literatura y la antropología, como creación artística e investigación social, se entrelazan de modo natural confiriéndole a todos los textos un carácter poético y científico indisoluble. Con él hemos aprendido que las lenguas son un insoslayable instrumento para un eficaz conocimiento del hombre y su entorno cultural; de ahí su llamada de atención al etnólogo mexicano en el sentido de una mejor preparación lingüística que le permita recoger la información al castellano, para obtener mediante ese proceso toda la riqueza y veracidad de los datos.

En el caso de la novela antropológica Los hombres verdaderos (1959), se reconoce el empleo de la lengua como un medio en que se aspira a descifrar el individuo para conocer su universo. Porque la lengua nombra las cosas. Lengua y cosas constituyen dos universos que son interpretados por una imaginación, por una memoria, es decir, por un mismo pueblo cargado de vida cotidiana, historia y cosmogonía. Es así como observamos que el aprendizaje de la lengua y el conocimiento del uso correcto de un idioma tiene el propósito de conocer, revalorar y difundir la capacidad creadora del hombre.

Con la lengua se descubre y se pone de manifiesto la identidad de los pueblos, esto queda corroborado en Narraciones Tzeltales de Chiapas (1965), donde se perciben las magnificencias de los hallazgos tanto en la fauna mágica como en las pautas añejas y, también, en las voces jóvenes. De ahí la importancia de reconocer la trascendencia de la lingüística como instrumento de conocimiento científico, además de ser un importante medio que nos permite aproximarnos a la sensibilidad de otras comunidades de seres que vibran frente al sol y a la luna. De tal suerte, la tarea fundamental del lingüista es la de descubrir y explicar la esencia, naturaleza, organización y funcionamiento de la expresión verbal humana, la realización del lenguaje: el habla. Pero sabemos que el campo de influencia del lingüista, además de sustentar un método científico para conocer la estructura de un idioma, requiere, repetimos, compenetrarse de la lengua estudiada para entender plenamente la visión, el compromiso y las dificultades que implican dos culturas y dos formas de expresión.

Al leer su más reciente obra antropológica de eminentes rasgos literarios y filosóficos (porque desde la cultura reflexiona sobre el origen del ser como totalidad), titulada Enero y Febrero ¡Ahijadero! El banquete de los compadres en la Sierra Norte de Puebla (1986), reconocemos la preocupación del autor por indagar el origen de la comunidad estudiada: los totonacas de la Sierra Norte de Puebla.

El primer contacto con la ceremonia se efectuó del 20 de septiembre al 10 de octubre de 1954, temporada en que realizó su primera investigación de campo en los pueblos serranos de Ahuacatlán, Amixtlán y Cuautotola. En 1957 registró datos en comunidades del municipio de Zacatlán, Puebla. En octubre de 1973 regresa nuevamente a la zona de Amixtlán, Cuautotola y Ahuacatlán, concretamente a la comunidad de San Andrés Tlayehualantzingo. La búsqueda del compadre tlacuas lo hace recorrer casi toda la totalidad del territorio totonaca, porque en 1974 se dedica a estudiar la región totonaca de Pantepec y Mecapalapa, Puebla, e Ixhuatlán de Madero, Veracruz. También estuvo en Coyutla, Veracruz, donde encontró vestigios de una ceremonia llamada tawá, “la comida o la fiesta del hijo”. Su propósito al recorrer el territorio totonaca era, primeramente, comprobar una de sus hipótesis centrales: que sólo donde había contacto nahua-totonaca se encontraba y operaba el compadre tlacuas, ceremonia de tránsito, sincretismo de estas dos culturas. Comprobado todo esto al iniciar, junto con sus alumnos de lingüística, el Proyecto de Investigación “Dialectología del Totonaca Misanteca”. En Misantla, por ejemplo, no se encontró está ceremonia.

Volviendo a Enero y Febrero… señalaremos de nueva cuenta que de una idea general de la cultura converge a la particularidad del compadrazgo y sus implicaciones. En este sentido señala la importancia del fuego como una deidad purificadora y creadora, pero también hacedora de mitos encarnados a la vida y la muerte. Este fenómeno no sólo es abordado a través de la semántica lingüística, sino que busca su relación con la semántica codexiológica a la que dedicó 15 años de investigación, logrando comprobar que la ceremonia compadre tlacuas tiene una connotación eminentemente lunar. En las indagatorias posteriores, realizadas en otras fuentes, ha comprobado y reforzado esta idea de que los totonacas no son un pueblo de sol, sino de luna, existiendo la posibilidad de que esta idea pueda ser valedera en otras culturas por sus implicaciones etimológicas y semánticas. Descubre, revela y revalora el mito del fuego (tan presente en otras tantas ceremonias, pero tan escasamente estudiado) para devolver a la etnia su identidad y su capacidad creativa.

Por esta razón, los aportes de Enero y Febrero…, los más inmediatos, se resumen en la claridad con que los datos son expuestos y analizados, por la decisión y calidad literaria con que están expresados, pero sobre todo porque marcan un hito en el proceso de búsqueda y encuentro de las futuras investigaciones antropológicas.

Desde un principio, en trabajos etnológicos como lo es Usila, morada de colibríes (con Roberto J. Weitlaner, 1973), se prefiguraban las directrices que recorrían el científico y el poeta como hombre comprometido con su tiempo. No queremos omitir que Los hombres verdaderos y Enero y Febrero ¡Ahijadero! son dos culminantes ejemplos: el primero de recreación literaria antropológica y el segundo de análisis antropológico ontogónico; ambos nos permiten vislumbrar en esa sucesión de búsquedas y encuentros los rostros de hombres verdaderos.

Diario de Xalapa, 14 de abril de 2010.

2. Obra poética

René Sánchez García

En el marco de los trabajos de la pasada Feria Internacional del Libro Universitario 2013 (FILU), celebrada el pasado mes de mayo dentro de las instalaciones de la Unidad de Artes de la Universidad Veracruzana (UV) en la ciudad de Xalapa, fue presentado el libro Mago del idioma. Búsqueda perenne, del recientemente fallecido escritor salvadoreño Carlo Antonio Castro, dentro de la colección Ficción, que se ha significado, desde hace más de 50 años, por publicar sólo excelentes trabajos escritos sobre temas literarios, resultados de la imaginación y la creatividad de quienes gustan de escribir con autoridad y para trascender.

Este trabajo reúne 32 bellísimos poemas que en su momento aparecieron en distintas revistas literarias, así como en diversos periódicos informativos de circulación local y estatal. Estos, primeramente, fueron rescatados y después ubicados dentro de uno de los seis apartados en que está dividido el poemario, que evocan, aparte de los recuerdos íntimos del autor, muchos de los sucesos que de alguna manera marcaron hondamente los momentos de su infancia, su familia, sus amores, sus amigos, sus anhelos y hasta sus más profundas denuncias por los acontecimientos sociales del mundo, mismos que siempre han afectado la vida de los seres humanos. Paciente labor compilatoria realizada por su hijo Fradique Danilo.

Efrén Ortiz Domínguez, investigador del Instituto de Investigaciones Lingüístico-Literarias de la UV, es el encargado de explicarnos de forma magistral en el prólogo a dicha obra la importante faceta de poeta de su maestro y amigo por muchos años: “… como narrador y poeta, nos lega también múltiples enseñanzas: el valor de la diversidad cultural, la relevancia de hacer perdurar los valores, los conflictos, la historia de los pueblos que carecen de una historia escrita”. Faceta que, aunque poco conocida y estudiada, nos reafirma las firmes convicciones e ideales que el maestro Carlo Antonio Castro jamás traicionó en vida.

Y es que el autor de Mago del idioma. Búsqueda perenne no sólo presenta en este poemario la selección exacta de cada palabra para conformar el verso, mismas que unidas métricamente dan por resultado la expresión de su sentir ante las cosas del mundo; sino que en cada una de estas piezas poéticas da fe y testimonio de las realidades vividas, comprometiéndose así profundamente consigo mismo, con su mundo y con su tiempo. Tal y como lo asegura Tejeda Moreno: “Carlo Antonio ha interpretado el mundo, a los mundos que nos describe, desde lo más profundo de éstos; sus hombres y sus palabras, desde una muy personal visión; la poetización, una imagen del mundo desde la poesía”.

Este libro, que contiene también bellas ilustraciones a color realizadas por su hija Carmiña Colomba, Carlo Antonio Castro (Doctor Honoris Causa 2004, UV, y autor de los dos ya clásicos libros de creación antropológica: Los hombres verdaderos e Íntima fauna) es agradecido en las dedicatorias con sus amigos, familiares, compañeros y profesores del ayer, hoy y siempre, pues de ellos recibió palabras y enseñanzas invaluables que forjaron su ser y su pensar; tal y como lo es esta parte seleccionada de “Reflejos” que a continuación cito y que muestra su capacidad intelectual y profesional, su sencillez y nobleza humana, pero sobre todo, la naturalidad de su palabra oral y escrita, a la que siempre se dedicó en vida:

Yo no busco el poema ni me esfuerzo
en recordar palabras escondidas;
me basta con sentir que en otras vidas,
como en la mía propia, existe el verso.

Diario de Xalapa, 24 de junio de 2013.

3. Una novela antropológica

María Enriqueta Cerón Velásquez

Los hombres verdaderos es una obra que fue fruto de diversas y minuciosas notas etnográficas de las pesquisas de investigación que realizó Carlo Antonio Castro Guevara durante sus estancias de trabajo de campo en Chiapas y que recrea de manera magistral y estética en castellano, pues la versión prístina la hizo en el “idioma verdadero”, en tzeltal.

Esta reedición es la tercera de este valioso texto, que se hace en el marco del 50 Aniversario de la Dirección General Editorial de la Universidad Veracruzana, en la serie conmemorativa Sergio Galindo, 2007, institución con la que colaboró a lo largo de muchos años, de manera invaluable y significativa. La primera edición data de 1959 y la segunda, de 1983, ambas editadas en Ficción, Universidad Veracruzana. Esta edición se hace con motivo de que el maestro Carlo Antonio Castro en 1983 cumplía veinticinco años de haber ingresado a la Universidad Veracruzana y por su destacada trayectoria intelectual tanto en la docencia como en la investigación, la traducción y las tareas literarias.

La obra incluye un prólogo a la segunda edición, realizado por Sergio Galindo, donde destaca: “Castro obtuvo que la crítica se ocupara con intenso afán y sorpresa de su texto. El excelente dominio de la lengua castellana, a la par que el profundo conocimiento de las lenguas de los Altos de Chiapas, dieron a través de las páginas de este libro una claridad y certeza a su forma de expresarse, que la hace nítida y en pasajes hasta deslumbradora. Carlo sabe llegar a la entraña de las palabras, las acciones, los sentimientos, la poesía y la magia de ese mundo prehispánico que perdura hasta nuestros días” (Castro: 2007). En este mismo texto se incluye un ensayo titulado “Una novela de recreación antropológica” de la autoría de Roberto Williams García.

Es importante destacar que esta obra tiene dos vetas a explorar: la literaria y la antropológica, como lo señalan tanto Galindo como Williams. En su ensayo, Williams nos dice: “Los hombres verdaderos tiene valor literario (como novela de recreación antropológica) y valor etnológico (como historia de vida)…” (Ibíd.). Otro aspecto que destaca Williams sobre esta novela es el siguiente: “Castro ha investigado una historia de vida, la biografía de un indígena, y, con todo acierto, la combina con leyendas y mitos recogidos en la zona, convencido del inmenso valor que estas narraciones tienen en el proceso de endoculturación. Lleva al lector a convivir con ‘los hombres verdaderos’ (nombre que los tzeltales se dan a sí mismos), su mundo mágico” (Williams: 2007).

Estas consideraciones que hace Williams sobre la obra de Carlo Antonio son relevantes por la combinación y el manejo que hace de diferentes técnicas de investigación como la historia de vida y la recopilación de mitos y leyendas que hace el autor, puesto que son de un significativo valor porque recuperan el pensamiento cosmogónico y las formas de vida de los tzeltales de Los Altos de Chiapas, elementos culturales que se encuentran vertidos en este singular texto.

En esta misma edición se encuentra el prólogo a la tercera edición realizada por Raúl Hernández Viveros, quien menciona algo que nos parece importante señalar: “Los hombres verdaderos, entre otras historias de vida que ejemplifican la existencia de un ‘hombre verdadero’ en situación intercultural, tiene su origen en una infinidad de informes breves en tzeltal… La novela pronto obtuvo entusiasta acogida de la crítica literaria; mereció comentarios y reseñas de Ángel María Garibay, María Elvira Bermúdez, Carlo Coccioli, Salvador Reyes Nevares, Demetrio Aguilera Malta, Rubén Salazar Mallén y César Rodríguez Chicharro…” (2007). Además de Martín Lienhardy Antonio Tejeda Moreno.

Todos estos connotados escritores coinciden en destacar el valor literario y antropológico de Los hombres verdaderos y su trascendencia en las letras del México profundo. Esta obra Carlo Antonio Castro la dedica a dos personas a las que les guardaba especial gratitud: a su padre José Cipriano Castro y a su maestro Roberto J. Weitlaner. A su padre, por haberse esmerado en su educación, que desde pequeño y a lo largo de su vida profesional le brindó, y a su distinguido maestro, con quien compartió sus enseñanzas y sus andanzas en las pesquisas de campo y en las aulas.

Diario de Xalapa, 17 de abril de 2011

4. Difusión cultural

Raúl Hernández Viveros

La revista Cultura de VeracruZ le dedicó a Carlo Antonio Castro un homenaje a su constancia, en julio 1997, en su número 15. Este reconocimiento fue sustentado en la necesidad de reconocer a un maestro que dedicó más de 40 años a la construcción de la Universidad Veracruzana. También a la necesidad de recuperar el testimonio justo y amistoso de distinguidos colegas que aportaron sus reflexiones durante un acto celebrado en esta ciudad. Por otra parte, existía la necesidad de atraer la atención de las autoridades universitarias para el reconocimiento de un docente que fue director, de 1959 a 1963, de la Facultad de Antropología y fundó la carrera de Lingüística.

Por otra parte, Carlo Antonio Castro participó en el impulso de la labor editorial y principalmente en las entregas de la revista La Palabra y el Hombre, donde colaboró con poemas originales y otros traducidos de varios idiomas. En Texto Crítico No. 34-35, 1987, ofreció el ensayo “Cultura, lenguaje y tradición”, donde analizó su versión del himno nacional en el idioma Tzeltal de los altos de Chiapas. Sus habilidades de traductor lo llevaron a presentar las versiones de los libros de Calixta Guiteras Holmes, Los peligros del alma, y en particular su excelente versión a Cultura y conquista: la herencia española de América, de George M. Foster.

La lucidez de Carlo Antonio Castro fue extraordinaria, porque volvió a narrar aquella época brillante del impulso a la labor editorial de nuestra Máxima Casa de Estudios, y en particular el respaldo a la fundación de la Facultad de Antropología, como parte del empeño hacia la promoción de Instituto de Antropología. Sus más importantes discípulos fueron Jesús Morales Fernández, Crescencio García Ramos y Román Güemes; estos últimos dos amantes de las lenguas indígenas.

Conmigo siempre mantuvo una profunda amistad desde los años en que fundé la revista Cosmos. Posteriormente, en la década que estuve al frente del Departamento Editorial de la Universidad Veracruzana, y a cargo de la dirección de la revista La Palabra y el Hombre, me tocó coordinar la edición de Enero y febrero, ahijadero!, en la Colección Biblioteca.

Con motivo del 50 aniversario de la serie Ficción, se hizo la tercera edición de su obra principal Los hombres verdaderos. Entonces pude escribir la nota de presentación al lado de otros comentarios de Sergio Galindo y Roberto Williams García. Me parece que la pasión de Carlo Antonio Castro fue en su entrega y defensa de la literatura. Aunque mantuvo una relación demasiado estrecha con la docencia, durante cuatro décadas.

A partir del 1996 lo invité a formar parte de nuestra revista Cultura de VeracruZ; estuvo cercano a nuestra labor editorial. Al grado que se publicó un número de homenaje a su larga carrera docente y de investigación. Luego se editó la otra versión de Lupe, la de Altotonga, y su valioso ensayo sobre su amistad con Calixta Guiteras Holmes, Ediciones Cultura de VeracruZ.

Como recordatorio quiero mencionar la cita de Los hombres verdaderos: “Por eso hay muerte eterna en el mundo, / ya no regresamos nunca, y jamás resucitamos; / si nuestra Madre no hubiera llorado podríamos revivir”. Líneas desprendidas de la sabiduría de nuestros pueblos indígenas. Desde mi trabajo académico en el Instituto de Antropología de la Universidad Veracruzana integré como parte de mis investigaciones sobre los fundadores de la Antropología en el Golfo de México, las aportaciones de Carlo Antonio Castro.

Entre sus traducciones destacan los libros Narraciones tzeltales de Chiapas, 1965; Flor de antigua poesía japonesa, 1983. Como ya se comentó, son valiosas sus traducciones de España 1937, Lini M. de Vries; Cultura y conquista, de George M. Foster; Los peligros del alma. Visión del mundo de un tzotzil, de Calixta Guiteras Holmes, entre otros. Su obra literaria trascendental se encuentra en Íntima fauna, 1962, y en Los hombres verdaderos, 2007. Al mismo tiempo realizó estudios de crítica literaria en la obra: Agustí Bartra (1908-1982): Poeta esencial, recreador de mitos, y escribió diversos prólogos, por ejemplo, al libro Rabo de mestiza, del poeta veracruzano Guillermo Landa.

Carlo Antonio Castro obtuvo el premio de Chiapas en la Ciencia, 1988, y el Doctorado Honoris Causa por la Universidad Veracruzana, y fue Decano de nuestra Casa de Estudios. Obtuvo el Pergamino de la Superación Ciudadana, Pergamino de Fundador de la Facultad de Antropología y el Pergamino del Gobierno del Estado de Veracruz y del Conaculta.

Diario de Xalapa, 4 de mayo, 2013.

II. Bibliografía

1. Nota biográfica

Nació en Santa Ana, El Salvador, el 18 de julio de 1927; murió en Veracruz el 11 de abril de 2010. Narrador, poeta y traductor de lenguas indígenas. Radica en México desde 1938. Estudió ciencias biológicas y química en la UNAM; etnología y antropología social en la ENAH. Ha sido catedrático en la Escuela de Antropología de la Universidad Veracruzana; director y redactor de Sk’ oplal te Mejilkolum. Premio Chiapas 1988 en la rama de ciencias. Doctor honoris causa por la Universidad Veracruzana en 2004. Su obra más reconocida es una novela nutrida de sus profundos conocimientos antropológicos de los indígenas tzeltales: Los hombres verdaderos (Xalapa, 1959). Pero también destaca como poeta: Íntima fauna (prólogo de Ermilo Abreu Gómez, Xalapa, 1962); Mago del idioma (compilación de Fradique Danilo Castro Vargas, Xalapa, 2013).

2. Bibliografía directa 

a) Poesía – Libros individuales

  • Jaguares. Editorial Tlilan Tlapallan, México, 1960.
  • Jaguars. A Poem on the American Indians’ Conception of Nahual: the Inner Beast, Twin Guardian of the Human Beings. (Versión inglesa). Editorial Tlilan Tlapallan, México, 1960.
  • Íntima fauna. Prólogo de Ermilo Abreu Gómez. Xalapa: Universidad Veracruzana (Ficción; 49), 1962.
  • Letras. Xalapa: Ediciones del Puente, 1965.
  • En busca del cometa perdido. Ecos de museo. México: Revista de la Universidad Veracruzana, 1978.
  • Mascara invisible: sonetos inesperados. México: Gobierno del Estado de Veracruz / Instituto Veracruzano de la Cultura, 2001.
  • Mago del idioma. Búsqueda perenne. Compilación de Fradique Danilo Castro Vargas. Xalapa: Universidad Veracruzana (Ficción), 2013.

b) Narrativa – Novela – Libros individuales

  • Los hombres verdaderos. Universidad Veracruzana (Ficción, 7), Xalapa, 1959.
  • Los hombres verdaderos. Prólogo de Sergio Galindo. Segunda edición. Universidad Veracruzana, Xalapa, 1983.
  • Los hombres verdaderos. Tercera edición conmemorativa, con un prólogo de Sergio Galindo y el ensayo “Una novela de recreación antropológica” de Roberto Williams García. Dirección General Editorial de la Universidad Veracruzana, Serie conmemorativa Sergio Galindo, Xalapa, 2007.

c) Narrativa – Cuento – Libros individuales

  • Dos cuentos mazatecos. Textos recogidos, analizados y traducidos por Carlo Antonio Castro Guevara. San Cristóbal de las Casas: Cuscatlania, 1956.
  • Cuentos populares tzeltales. Textos recogidos, analizados y traducidos por Carlo Antonio Castro Guevara. San Cristóbal de las Casas: Centro Coordinador Indigenista, 1957.
  • Narraciones tzeltales de Chiapas. México: Universidad Veracruzana, 1965.
  • Siluetas mexicanas. Xalapa: Amate, 1980.
  • Muchachos de Tlachichilco. Niños a la vera del agua. México: Universidad Veracruzana, 2010.

d) Narrativa – Cuento – Antologías y libros colectivos

  • VVAA. El libro de la imaginación. Antología de Edmundo Valadés. Guanajuato, México: Universidad de Guanajuato, 1970.

e) Estudios de antropología y lingüística

  • Mayultianguis y Tlacoatzintepec. Con Roberto J. Weitlaner. Papeles de Chinantla, Volumen 1, Museo Nacional de Antropología e Historia, 1954.
  • Usila, morada de colibríes. Con Roberto J. Weitlaner. Papeles de Chinantla, Volumen 7, Museo Nacional de Antropología e Historia, 1973.
  • Enero y Febrero ¡Ahijadero! El banquete de los compadres en la Sierra Norte de Puebla. Editorial Biblioteca Universidad Veracruzana, 1986.
  • Léxico Misanteco. Versión bilingüe misanteca-castellano, castellano-misanteca de la A a la Z, según la recopilación, transcripción fonética y traducción de Carlo Antonio Castro. Editorial de la Universidad Veracruzana en coordinación con el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México y la Asociación para el Desarrollo Integral de la Región de Misantla. Xalapa, 2012.

3. Bibliografía indirecta

f) Poesía – Antologías y libros colectivos

  • Jilotepe: décimas y sextas de El Pueblito. Compilación de Carlo Antonio Castro, Francisco Salmerón, México: Instituto Veracruzano de Cultura (Cuadernos de Cultura Popular), 1996.
  • Flor de antigua poesía japonesa: koyinsu (siglo X). Traducción y transliteración de Carlo Antonio Castro, Norimitsu Tsubura, Xalapa: Universidad Veracruzana (Ficción), 1992.

g) Narrativa – Cuento – Traducción de libros individuales

  • Dos cuentos mazatecos. Selección, traducción y análisis de Carlo Antonio Castro. México: Ediciones Cuscatlania, 1956.
  • Cuentos populares tzeltales. Selección, traducción y análisis de Carlo Antonio Castro. México: Centro Coordinador Indigenista Tzeltal-Tzotzil, 1957.
  • Sombra de los negros cimarrones. Selección, traducción y análisis de Carlo Antonio Castro. México: Instituto Veracruzano de Cultura, 1998.

h) Crítica literaria

  • Agustí Bartra (1908-1982): Poeta esencial, recreador de mitos. Cuadernos del Baluarte, Instituto Veracruzano de Cultura, Xalapa, 1998.

i) Historia – Traducción

  • Moerkerk de Vries, Lini. España 1937 (Memorias). Traducción de Carlo Antonio Castro. Xalapa: Universidad Veracruzana (Ficción; 66), 1965.
  • Foster, George M. Cultura y conquista: la herencia española de América. Universidad Veracruzana, 1985.
  • Guiteras Holmes, Calixta. Los peligros del alma. Visión del mundo de un tzotzil. Fondo de Cultura Económica, México, 1986.

4) La biblioteca “Carlo Antonio Castro”

La Biblioteca “Carlo Antonio Castro Guevara”, ubicada en la Unidad de Humanidades de la Universidad Veracruzana, resguarda 21 mil 165 títulos y 35 mil 493 volúmenes de todas las disciplinas humanísticas. Muchos de ellos tienen además del valor académico y científico, el histórico, dada su antigüedad, como es el caso de Historia antigua y moderna de Jalapa y de las revoluciones del Estado de Veracruz de Manuel Rivera, publicado en 1869 e integrado por 17 volúmenes.


Fotografía: Carlo Antonio Castro y estudiantes entrevistan a un indígena durante un estudio de campo en Veracruz.