José María Cuéllar: «Instrucciones que debe seguir un turista para ver al cadejo» (ficción)

Un cuento inédito del autor salvadoreño de Las crónicas de infancia, muerto prematuramente en 1980.

José María Cuéllar
La Zebra | # 86 | Febrero 8, 2023

Empiece por adornar su casa con pequeñas hierbas que huelan a misterio. Si tiene espejos, rómpalos. Debe recordar que si retrocede un instante al ver la beatitud de sus ojos, estará perdido. Haga lo posible por desnudarse de todo razonamiento e imaginación. Muévase por la casa con el aire de quien tiene que llevar a cabo un negocio importante. Ande de allá para acá con los nervios de punta y eche una miradita de cuando en vez a los cuadros de la pared, de preferencia al autorretrato de Rubens. (Lo que sigue es lo más delicado e importante). Afine su oído. Puede escuchar, para este caso, a Vivaldi o Les Danses Des Cygnes de Tchaikovsky, durante media hora. Pero de ninguna manera en una posición que le produzca placer. Si no está satisfecho, haga que una persona bondadosa toque para usted un Stradivarius que valga doce mil francos. En seguida debe encender la radio —de preferencia escoja el mueve diseñado con extraordinaria originalidad—, y dele toda la potencia como para no escuchar más que lo que usted desee escuchar. Ponga el oído izquierdo sobre el parlante y trate de distinguir el canto de un jilguero a una distancia de 2000 pulgadas inglesas. Si lo consigue, estará preparado para la prueba final. Debe buscar un lugar compatible con la leyenda, por ejemplo, la ronda con que los centauros de la conquista delineaban villas y pueblos. No deberá pronunciar ni una sola palabra pues de lo contrario se hace añicos la magia. En seguida deberá sentarse y esperar la una de la mañana, hora en la que oirá un silbidito tan penetrante y fino, que si llevase el reloj de pulsera volaría en pedazos el cristal protector. Dos minutos después, estará junto a usted con el trotecito peculiar de sus cascos de oro.

Consejo: No especule con lo visto, pues a la vuelta de tres generaciones, los hijos de los hijos de sus hijos, nacerán ciegos y locos. (Códice de Ypahuila, Ideografía Novena, del quince y medio Venado).


JOSÉ MARÍA CUÉLLAR (1942-1980). Poeta salvadoreño y maestro de educación básica. Quedó fijo en la literatura salvadoreña como un moderno “poeta de pueblo” creada por Crónicas de infancia, su más conocido libro, publicado en 1971. Pero además de su otra poesía, muy urbana —reunida en los libros Diario de un delincuente (1976), La cueva (1979) y Los poemas mortales (1974)—, incursionó en el ensayo, la narrativa y la dramaturgia. Una gran parte de su trabajo literario quedó inédito. En 2016 la Editorial Universitaria de El Salvador publicó su Poesía reunida. Falleció a los 37 años en un accidente de tránsito mientras conducía su motocicleta.