La realidad de El Salvador es lacerante en estos incisivos poemas de una renombrada actriz.
Lilibeth Rivas
Arte de Rosa Mena Valenzuela
La Zebra | # 89 | Mayo 5, 2023
El infierno
Juntos hemos entrado al infierno,
capaces de sonreírle al fuego y a la brasa.
Te sostengo como a una espada de sal,
con los pies en las brasas, con la sonrisa en el fuego.
Te sostengo en los besos, en la punta de mi lengua.
Te sostengo en este hueco que espera tu cabeza.
Tu cabeza que no viene, tu cabeza que quiero.
Tu cabeza que aguarda porque me guarda,
porque tiene tu boca mis besos,
y la mirada profunda
en que quiero entrar y aún no entro.
Cuenco
Entrar en el cuenco de mi mano,
dejar que apriete una milésima
de lo que vos apretaste.
Prometo no soltarte.
Prometo no arrugarte mucho la piel.
A cambio, te prometo las arrugas de mi cara,
el viaje en mi pequeño océano lunar.
La Nela
Los ataques, las turbulencias, las manos llenas de sudor.
Saltarse la barda para llegar al patio de atrás
y jugar con las medias partidas de sangre.
Cocer hojas en una olla llena de tile
en el patio árido, debajo de ramas que esperan algo.
Desear la compañía en un concierto para adolescentes
cuando nomás adolecés ocho años de vida.
Poner bajo la almohada una foto,
impresa desde los deseos
de quién quiere soñar besos y abrazos húmedos.
Regresar a vos en veinte horas y retroceder
y regresar y volver
ataques
manos sudadas
bardas
juegos
sangre
tile
mucho más.
Vos.
Calla
No es necesario el exilio.
Basta con el silencio,
con darse la espalda,
con caminar juntos
sin permiso de ir
al lado del otro.
Sin una palabra,
sin un suspiro,
sin las venas
que se abran gritando un abrazo.
No es necesaria la tierra
en columnas sobre mi rostro,
sobre mi espalda,
sobre mis brazos;
no me son necesarios tus pies,
colgando.
Cavo
Señor, disculpe…
buscaba unos ojos como los suyos.
Bueno, parecidos.
Buscaba una barba espesa.
Bueno, no tan mal cuidada como la suya.
Disculpe, no debo juzgar
la capacidad de sus manos
ni el ángulo de tiempo
que usted tiene
para cuidar su barba,
—la suya; no la de él—.
Buscaba una voz grave…
El color de sus dientes
es parecido
a los dientes que busco.
Quizá eso tenga que ver
con la proyección
de la voz que busco,
porque dicen que el aire
transforma al sonido
por medio del color.
¿Podría hablar otra vez?
Por favor diga lo siguiente:…
¡No!, mejor no hable.
Busco un par de ojos
como las semillas de los zapotes.
¡Sí! ¡Sí! ¡Exactamente,
con esa forma y ese color!
¡Qué ojos más bellos son los que busco!
Pero los suyos, sí los suyos (no los de él),
son más pequeños y menos profundos.
Señor, perdón. Me he equivocado.
Dentro de su cuerpo no está él.
Lamento haber abierto su tumba.
Me equivoqué de cadáver.

LILIBETH RIVAS (San Salvador, 1987). Licenciada en Mercadeo por la Universidad Tecnológica de El Salvador, Maricela Lilibeth Rivas Díaz es actriz de teatro y cine. En mayo de 2014 fundó el Teatro Zebra, junto con Emy Stephany Mena. En octubre de 2014 tuvo un rol importante, “Maricela”, en la obra El resplandor del anónimo, escrita y dirigida por Enrique Valencia, y estrenada en el Teatro Luis Poma. En 2014, junto con Emy Mena y Larissa Maltez, fue galardonada con el Premio Ovación de Teatro por el proyecto de montaje y gira de La canción de nuestros días del dramaturgo salvadoreño Jorge Ávalos, en la que tuvo un rol protagónico. Impulsó el Proyecto Dionisio, de creación colectiva de teatro joven, escrita y dirigida por César Brie, proyecto que obtuvo dos premios en 2019: el Iberscena de coproducción internacional, y el premio Fomcass de teatro en San Salvador. En 2019 ganó el premio a mejor actriz en el Festival de San Giò, Verona, Italia, por su rol en el cortometraje Duro de amar, dirigido por Jorge Ávalos. Cuenta con roles protagónicos en la serie de televisión Lienzo en blanco (El Salvador, 2018) y en el largometraje La travesía (El Salvador, 2019). Estos poemas provienen del poemario inédito Catedral de sal.